EL YETI, LA LEYENDA DEL HOMBRE DE LAS NIEVES
“El Yeti es un ser bípedo que camina ligeramente inclinado hacia delante. Tiene todo el cuerpo cubierto de pelo lacio y fuerte, excepto la cara, de piel blanca o rojiza; el pelaje es más corto por el pecho y por debajo de las rodillas y su cabeza es ovalada y puntiaguda”.
Esta es la definición en la que han coincidido la diversidad de personas que aseguran haber visto al Yeti.
Leyenda o realidad, el hombre de las nieves es parte del imaginario colectivo de multitud de generaciones.
Ya en 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, afirmó ver en las pendientes nevadas, a más de 6000 metros de altura, unas siluetas. Al alcanzar la cota donde le había parecido ver aquellas grandes sombras descubrieron unas descomunales pisadas. Son muchas las personas que aseguran haberse cruzado o haber hallado pruebas (pelo, huellas, etc) de la existencia del Yeti, el hombre de las nieves. No obstante, la comunidad científica no considera que haya suficientes indicios para realmente concluir en la existencia de este ser.
En 1951 Erik Shipton fotografió unas huellas en la región oriental de Nepal que no pudieron ser adjudicadas a ningún ser conocido hasta el momento, eran exageradamente grandes.
Como documentación publicada al respecto, el alpinista Reinhold Messner, después de conquistar las 14 cimas más altas del mundo, se dedicó a organizar expediciones para buscar al Yeti y publicó un libro sobre ello (Yeti, Leyenda y realidad).
Todas las personas que afirman haberse cruzado con este inquietante ser coinciden en que su aparición va precedida de un silbido agudo (que ningún oso es capaz de emitir), que siempre se mueve en solitario y que huye del lugar donde es visto con ágiles y rápidos movimientos en posición erguida, como la de un ser humano. Coinciden también en que sus brazos son largos hasta las rodillas y en que su cabeza es desproporcionadamente grande y acabada en punta.
El caso es que no se ha podido demostrar la existencia de este ser conocido como el hombre de las nieves del Himalaya, realidad o leyenda, su historia resta envuelta de incógnitas y misticismo.
Para algunos será una bonita leyenda, otros dedicarán parte de su tiempo a recorrer las laderas del Himalaya en su búsqueda.
PRIMER ESCALADOR
Cuando oímos hablar de sir Edmund Hillary o Tenzing Norgay
la mayoría los relacionamos con el Everest, ya que fueron los primeros hombres
en pisar su cima, concretamente el 29 de mayo de 1953. Ese dato es oficial, el
que consta en las enciclopedias, pero... ¿es cierto?. Sobre esa expedición
planea el enigma de una aventura anterior, convertida en leyenda porque el
misterio no está resuelto...
En 1924 George Mallory, alpinista británico, formaba parte
de una expedición a la cima más alta de la Tierra. De él es esa famosa
respuesta que dio a un periodista cuando le preguntó por qué deseaba escalar el
Everest: -“porque está ahí”. Nacido en 1886, Mallory mostró pasión por el
alpinismo desde sus primeros años. Ascendió el Montblanch, pasó su luna de miel
en los Alpes, y sus escaladas sólo las interrumpió la guerra.
En la década de 1920 el Himalaya era considerado el tercer
Polo. Conquistados ambos, quedaba un reto más: “la cima más alta del mundo”.
Tras abandonar su profesión de maestro, Mallory formó parte de varias
expediciones a la zona, todas británicas. Ascendió varios picos menores para
formarse una idea de cómo alcanzar el Everest y reconocer el terreno, pero la
cima del mundo resultó imposible en los primeros intentos y se perdieron muchas
vidas.
La tercera de esas exploraciones pioneras se llevó a cabo en
1924. Mallory poseía una visión romántica del alpinismo y era contrario a
utilizar bombonas de oxígeno por considerarlo poco deportivo, pero acabó por
aceptar que sin su utilización el monte Everest no podría ser escalado, de modo
que tomó la decisión de acarrear un peso extraordinario... El 6 de junio, en
compañía del técnico en aparatos de oxígeno Andrew Irvine, de tan solo 22 años,
Mallory inicia la ascensión desde el collado norte con idea de llegar a la
cumbre tres días después. Por el camino alcanzan al montañero Howard Somervell,
que les presta su cámara fotográfica porque él desiste del intento.
Sobre el mediodía del 8 de junio, Mallory e Irvine son
vistos por el geólogo Noel Odell a tan solo 600 metros de la meta. Odell
declaró que toda la arista somital y la cumbre del Everest estaban despejadas,
que clavó la vista en un “punto negro” resaltado sobre una cresta, antes de un
escalón rocoso, y luego observó un segundo “punto” uniéndose al primero. Uno de
los dos alpinistas escaló ese murallón y al poco apareció en lo alto, su
compañero lo imitó. A partir de ahí una espesa bruma ocultó a Mallory e Irvine,
y lo hizo para siempre...
Hay muchas especulaciones sobre el tema ¿Murieron al subir o
ya habían llegado a la cumbre y la tragedia se produjo al descender?. La más
aceptada es que los montañeros se precipitaron en el difícil escalón que
antecede a la cima, pero esas suposiciones no hacen sino aumentar la leyenda y,
probablemente, se seguirá engrosando si no pueden probarse los hechos. Poco a
poco, sin embargo, han ido apareciendo pistas:
En 1933 se halló el piolet de Irvine a unos 8400 metros bajo
el primer escalón de la arista noroeste. En 1975 un escalador chino informó del
hallazgo del cuerpo de un montañero inglés cerca de la cima; su ropa se
desintegró al tocarlo, por lo que debería llevar allí décadas. Desgraciadamente
ese alpinista murió durante el descenso y no pudo detallar en qué sitio
concreto halló el cuerpo, pero se da por hecho que debía tratarse de Irvine.
En 1999 una expedición estadounidense descubrió el cadáver
congelado de Mallory a más de 8000 metros; según las fuentes entre 8000 y 8300.
Y ahí surge de nuevo la leyenda... Las gafas de sol estaban en el bolsillo de
su camisa ¿significa eso que el sol ya estaba bajo y, por tanto, el día muy
avanzado cuando se produjo el accidente?. Teniendo en cuenta dónde fueron
vistos por última vez, parece poco probable que ya estuviera anocheciendo y no
hubieran alcanzado la cima, y hay quien cree que el fatal accidente se produjo
al regresar.
Una hija de Mallory siempre ha sostenido que su padre
llevaba una foto de su esposa en la cartera con intención de depositarla en la
cumbre del Everest. Bien, esa foto no estaba entre sus restos, "¿?",
¿Estará bajo toneladas de nieve a 8848 metros?.
La cámara de fotos prestada continúa perdida en la montaña.
Técnicos de la Kodak afirmaron que si era encontrada y llevaba película sería
bastante posible analizar los negativos, dadas las características de la cámara
fotográfica y del film en blanco y negro, que habrían podido resistir al
hallarse congelados. Hasta el momento, sin embargo, esa cámara no se ha hallado
pese a que algunas expediciones lo han intentado. Este artículo no tiene por
objeto, en absoluto, desmerecer la hazaña de Hillary y Tenzing que, si no se
demuestra lo contrario, son los primeros hombres que pisaron el techo del
mundo, pero la incógnita sigue en pie y tal vez lo esté para siempre.
¿Se hallará algún día esa cámara? ¿Llevará película? ¿Se
podrán analizar los negativos?. Quizá haya que reescribir la historia, quizá
no, pero por el momento el enigma continúa.
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